Declaración de ISA en respuesta a un nuevo estudio de Malbert et al.
Bruselas, 26 de julio de 2019: La Asociación Internacional de Edulcorantes (ISA, del inglés), en respuesta a un nuevo estudio de Malbert, Horowitz y Young sobre los edulcorantes bajos en calorías y la sensibilidad a la insulina1, señala las limitaciones de dicho estudio y la abundancia de sólidas pruebas científicas que demuestran que el consumo de edulcorantes bajos en calorías no ejerce ningún efecto adverso en la sensibilidad a la insulina.
A diferencia del estudio de Malbert et al., que se llevó a cabo en minicerdos, los resultados colectivos de ensayos controlados aleatorios (ECA) y de revisiones sistemáticas de varios ECA realizados en humanos aportan pruebas sólidas de que los edulcorantes bajos en calorías, como la sucralosa y el acesulfamo potásico, no provocan una mayor absorción de glucosa tras una comida ni afectan de forma adversa al control glucémico ni a la homeostasis.2,3 Además, diversos estudios clínicos publicados recientemente demuestran que el consumo de edulcorantes bajos en calorías no ejerce ningún efecto adverso en la sensibilidad a la insulina .4,5,6 También es importante destacar los beneficios de los edulcorantes bajos en calorías en el control de la diabetes, ya que, a diferencia de los azúcares, no provocan un aumento de los niveles de glucemia tras el consumo de alimentos, según ha reconocido la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (AESA).7
Al observar más específicamente los resultados del estudio de Malbert et al., es fundamental recordar que se trata de una investigación realizada en animales de pequeño tamaño —en concreto, en minicerdos con obesidad mórbida— llevada a cabo en unas condiciones experimentales determinadas que en la vida real no son aplicables necesariamente a los humanos . En términos generales, conviene ser cautelosos a la hora de extrapolar a los humanos datos de estudios realizados con animales sobre los efectos de la homeostasis de la glucosa y la composición corporal, en concreto porque en los humanos no se ha confirmado ninguno de los efectos sugeridos de los edulcorantes bajos en calorías.8
Con respecto a la interpretación de los resultados del mencionado estudio, la importancia de estos hallazgos es cuestionable, dado que la sensibilidad de todo el cuerpo a la insulina y la absorción de glucosa no registraron ningún cambio tras el consumo de edulcorantes bajos en calorías. Además, el aumento de absorción de glucosa observado en los órganos de algunos animales, lo que, según los autores del estudio, es un fenómeno que se produce durante el aumento de peso en animales y humanos obesos, no se tradujo en un aumento del peso corporal en los animales.
En una época en que la obesidad y las enfermedades no contagiosas —incluida la diabetes—siguen constituyendo importantes desafíos mundiales en materia de salud, y en que las autoridades de salud pública alientan a los fabricantes de alimentos a sustituir el azúcar y a reducir las calorías como parte de sus objetivos de reformulación, es esencial proporcionar a la ciudadanía información fiable y con una base científica acerca de la seguridad y la utilidad de los edulcorantes bajos en calorías, los cuales reciben el apoyo de las autoridades de seguridad alimentaria y de las organizaciones de salud a nivel mundial.
Utilizados en alimentos, bebidas y edulcorantes de mesa, los edulcorantes bajos en calorías, incluidos el acesulfamo potásico y la sucralosa, pueden brindar a los consumidores un amplio abanico de sabores dulces con muy pocas o ninguna caloría, o ninguna, por lo que pueden ser una herramienta muy útil, empleados en sustitución del azúcar y como parte de una alimentación equilibrada, para contribuir a reducir la ingesta total de azúcar y de calorías, así como para controlar los niveles de glucemia. Además, los edulcorantes bajos en calorías no son cariogénicos, lo que significa que no favorecen el desarrollo de la caries dental.8